La garantía de las promesas de Dios está en su nombre
2ª. Corintios 1: 12-22
En los versículos el 12 al 14, Pablo dice que su conciencia lo ha llevado a conducirse en el mundo y con los hermanos, en forma sencilla y lleno de sinceridad, lo cual recibió de Dios. Menciona que no se lo atribuye a ningún hombre, aunque fue educado por Gamaliel, el mejor maestro de su época. Por el contrario, reconoce que fue la Gracia de Dios quien lo transformó. Añade que todo lo que hacemos para la iglesia (las obras), en realidad nos lleva a crear “puntos” en nuestro favor para el Dia del Señor Jesus.
… para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.(2 de Corintios 5:10)
Esta debe ser una verdad medular en la vida de cada creyente. No hay otro propósito de vida con más importancia que este. Esto es el trabajo para cosechar en aquel bendito final. Pablo es nuestra gloria y nosotros somos su gloria.
Pablo creció en reconocer la iglesia como gracia de Dios (versículos 15-20)
Recordemos que, al principio de su llamado, Él fue encontrado persiguiendo a la iglesia. ¡Sorpresa que se llevó!; tanta que se doblegó y preguntó: “¿Quién eres Señor?”
Fue su inicio para empezar a amar el mensaje que Dios le encargó para llevar a otros. En los viajes misioneros de Pablo y su equipo, podemos leer como su corazón se aplicaba a la confirmación de los Creyentes en diferentes países. Pablo dice: “quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia”. Ya había visitado a los Corintios, y ahora preparaba una segunda vuelta. Imagínese volver a encontrar a esa persona amada, la cual nos trajo el evangelio. Bien, así se sentían los hermanos, y así los de cada lugar que Pablo visitaba. Las promesas de Dios no estaban basadas en dudas o faltas de seguridad. Sus promesas eran “sí” y “amén”. Y Esto era un fundamento de Pablo. La Gracia de Dios se manifestaba al esparcir el evangelio y así se reconocía al volver a recibir a los hermanos misioneros.
Las multitudes que buscaban a Jesús estaban llenas de gente con necesidad sincera y de ahí aparecieron los discípulos. Estos recibieron la Gracia de Dios con el Evangelio. El trabajo de Pablo y los hermanos se multiplicaba con base en la confianza de las Promesas de Dios que eran fundamentadas en Cristo.
La confirmación de los creyentes (versículos 21-22)
Pablo y los hermanos viajaban para confirmar a los creyentes, confiados en que era Dios quien los confirmaba a ellos, basados en las arras que Dios ya les había dado y que era el Espíritu Santo, recibido cuando ellos creyeron en Cristo.
…habiendo creído en Él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo…” (Efesios 1:13 RVR1960)
Juan Enrique González Moreno
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